Hermanos y hermanas, la Palabra de hoy es una nueva llamada a la corresponsabilidad, nos quiere recordar que la humanidad entera ha de caminar hacia la fraternidad universal. Oremos.

Queremos ser pan partido y compartido

• Anhelamos una comunidad eclesial universal que reparta y comparta, que ponga su empeño en el cuidado de los más vulnerables, que busque la justicia y la dignidad de todas las personas.

Queremos ser pan partido y compartido

• Necesitamos comunidades de fe que tengan sus puertas abiertas, con relaciones entre iguales, sin dominio, donde hombres y mujeres caminemos en la misma dirección.

Queremos ser pan partido y compartido

• Deseamos que los gobiernos de las naciones sean los defensores de los más necesitados, busquen romper con las barreras del poder, de la economía, de la política, de la violencia…

Queremos ser pan partido y compartido

• Soñamos con una sociedad donde la paz, el servicio, la igualdad, la corresponsabilidad, la acogida, el perdón sin condiciones y el amor al prójimo favorezcan el día a día de todas y todos por igual.

Queremos ser pan partido y compartido

• Renovamos en la celebración de esta eucaristía nuestro compromiso personal y comunitario, queremos ser semillas del Reino, huellas de Jesús de Nazaret.

Queremos ser pan partido y compartido

Padre Madre buena, que todos y todas nosotras no nos dejemos llevar por el disfrute incontrolado de las cosas y de nuestros bienes, sino que vivamos desde los valores evangélicos y con un horizonte que se confunda con el Reino.

Vicky Irigaray