Hermanos y hermanas, fe y envío es un binomio inseparable; seguidores de Jesús en camino hacia los hermanos; esta es nuestra primera seña de identidad. Oremos.

Que nuestra actitud de vida sea siempre hacia el hermano.

• Que nuestra Iglesia se sienta siempre y en toda circunstancia enviada hacia las periferias de nuestro mundo para ser referente de esperanza entre los desesperanzados.

Que nuestra actitud de vida sea siempre hacia el hermano.

• Que las comunidades parroquiales y religiosas sean escuelas de misión en las que nuestra juventud e infancia aprendan a vivir en clave de solidaridad y justicia.

Que nuestra actitud de vida sea siempre hacia el hermano.

• Que todos nosotros y nosotras seamos espacio seguro para quienes viven atemorizados por distintos motivos. Que nuestra fe en Jesús nos haga audaces y nos empuje a derribar cualquier tipo de frontera entre las personas.

Que nuestra actitud de vida sea siempre hacia el hermano.

• Que no olvidemos que la fe y la misión no son dos llamadas distintas sino una y la misma: creer es sabernos enviados a construir el Reino de Jesús y anunciar la Buena Noticia.

Que nuestra actitud de vida sea siempre hacia el hermano.

Padre Madre buena, que seamos conscientes de que formamos una comunidad activa con la misión de anunciar la liberación y salvación ofrecidas por Jesús de Nazaret, nuestro Hermano y Maestro.

Vicky Irigaray