Hermanos, estamos bien cuidados, bien abonados, bien podados, bien alimentados... en espera del fruto. Somos cristianos en la medida exactamente en que la Palabra tiene poder para cambiar nuestra vida. Oremos.

Padre, que tu Palabra cambie nuestra vida.

• Padre, que la Iglesia no esté estrechamente ligada a los poderes de este mundo y sea valiente a la hora de denunciar las desigualdades, las injusticias, la esclavitud del dinero...

Padre, que tu Palabra cambie nuestra vida.

• Padre, que todos los creyentes seamos fieles a tu Palabra y a tu Misión, siendo tu misericordia, tu perdón, tu bondad, tu delicadeza, tu cuidado.

Padre, que tu Palabra cambie nuestra vida.

• Padre, que nuestras comunidades religiosas y parroquiales, sean espacios de libertad y amor, donde todos se sientan acogidos, respetados y tratados con amor.

Padre, que tu Palabra cambie nuestra vida.

• Padre, que tu Palabra y tu Amor transforme nuestro corazón y así nos convirtamos definitivamente a ti.

Padre, que tu Palabra cambie nuestra vida.

• Padre, que todos los que trabajan por un mundo más justo y humanitario perseveren firmes en sus tareas sostenidos y guiados por tu Espíritu y que encuentren nuestro agradecimiento y reconocimiento.

Padre, que tu Palabra cambie nuestra vida.

Padre bueno, te damos las gracias porque, si nos dejamos, tu Palabra es fuente transformadora en nuestra vida. Concédenos docilidad de corazón para dejarnos hacer por ti. Te damos las gracias por tu hijo Jesús.

Vicky Irigaray