Hermanos, a nuestro Padre Dios es así: capaz de jugarse la vida- y de perderla- por una mujer pecadora. Sólo le preocupa salvarnos, que ni uno de sus hijos se pierda. Su misericordia nos devuelve la dignidad y la libertad de ser sus hijos. Oremos.

Padre, que tu misericordia nos restaure.

• Padre, que nuestra Iglesia sea escuela de perdón y acogida, un referente en nuestro mundo de otro modo de hacer y obrar.

Padre, que tu misericordia nos restaure.

• Padre, que todos los creyentes no nos olvidemos que el único que puede juzgar eres Tú y que sólo tu juicio misericordioso nos puede justificar y salvar.

Padre, que tu misericordia nos restaure.

• Padre, te recordamos a todos los hombres y mujeres que no sienten que merezcan el amor y perdón, que nuestra delicadeza al tratarles les descubra tu derroche de misericordia y paciencia para con nosotros.

Padre, que tu misericordia nos restaure.

• Padre, que todos los hombres y mujeres que defienden la violencia como camino para conseguir sus propósitos, se encuentren contigo, descubriendo tu propuesta de magnanimidad y misericordia.

Padre, que tu misericordia nos restaure.

• Padre, concede a todos los presos y privados de libertad la conversión del corazón y el derecho a vivir con dignidad-

Padre, que tu misericordia nos restaure.

Padre bueno, sólo tú eres capaz de dar la vida por cada uno de nosotros, concédenos la gracia de convertirnos a ti y vivir con tu mismo corazón. Te damos las gracias por tu Hijo Jesús, Hermano y Maestro nuestro.

Vicky Irigaray